La Terapia con adolescentes es un proceso de acompañamiento dirigido a que el joven pueda relacionarse de forma más sana y satisfactoria con su entorno —instituto, amigos, familia— y, sobre todo, consigo mismo. Es un espacio seguro donde explorar lo que siente, entender lo que le ocurre y aprender nuevas formas de afrontar los retos propios de esta etapa.
La adolescencia es un período de grandes cambios físicos, psicológicos y sociales. Cada joven vive estos cambios a su propio ritmo y con distinta intensidad. Por eso, en ocasiones pueden surgir dificultades que generan malestar y que necesitan ser acompañadas desde un enfoque profesional y cercano.
Algunos motivos frecuentes para iniciar terapia adolescente son:
Ansiedad o dificultades para gestionar emociones
Baja autoestima o sensación de no encajar
Aislamiento social
Fracaso escolar o desmotivación
Problemas de conducta, impulsividad o agresividad
Consumo de sustancias
Hiperactividad o déficit de atención
Conflictos frecuentes en casa
Cambios bruscos de humor
O cualquier situación que esté interfiriendo en su bienestar o desarrollo.
El papel de la familia es fundamental. Cuando un adolescente inicia terapia, es importante que su entorno participe en el proceso, comprendiendo lo que está ocurriendo y adquiriendo recursos para acompañarle de manera eficaz. Juntos se crea un entorno más seguro, estable y comprensivo.
Las sesiones tienen una duración aproximada de una hora y su frecuencia puede ser semanal o quincenal, dependiendo del momento del proceso y de las necesidades de cada joven.
La terapia en la adolescencia es una oportunidad para fortalecer su identidad, mejorar su bienestar emocional y aprender herramientas que le acompañarán durante toda la vida.
Depresión
Ansiedad
Temores
Autoestima
Aislamiento
Déficit de Atención
Hiperactividad
Consumo de Sustancias
Autolesiones
Agresividad
Fracaso Escolar
Problemas Conductuales
Trastornos Alimenticios
Bullying Escolar
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